Una noche, un paseante se encontró una bolsa con piedras.Enfadado por el poco valor de su hallazgo, arrojó las piedras al río, una por una: <Esta por el dinero que no tengo, esta otra por el coche que nunca me podré comprar, esta por la casa que me gustaría tener...> y así hasta lanzarlas todas, menos una muy pequeña que se quedó en el fondo.
Al llegar a casa , volvió a abrir la bolsa y se percató de que la piedra que quedaba era, en realidad , un diamante en bruto. Había tirado una fortuna al río por lamentarse de lo que le faltaba en lugar de valorar lo que ya tenía.
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